martes, 18 de diciembre de 2012

Piel atópica: problemas en la piel del niño



Nos llegan muchas madres a Agua de Flores preguntando por algo para la piel alterada de sus hijos pequeños: niños y niñas desde el nacimiento hasta casi la pubertad…todos con el diagnóstico de dermatitis atópica, dermatitis infantil, piel atópica, etc. Ni jabones, ni leches, cremas o aceites de toda marca y precio, nada calma el picor y la rojez de la piel de estos niños pequeños, ni la desesperación de los padres.

Desde Agua de Flores enfocamos este problema con una visión un poco más amplia, la de la Naturopatía Integrativa, y así aportar más luz a este trastorno tan común.

Lo primero que es importante recordar es que la piel es un órgano muy especial. Es el primero que se forma en el embarazo, llevando construirla los 18 primeros días de la gestación, y es a partir de ahí que en los siguientes días continúa la formación del sistema nervioso central, cerebro y médula espinal, que se forman de la misma capa embrionaria, lo que nos permite comprender la extrema sensibilidad nerviosa de la piel y sus funciones capitales.

La piel de un bebé es de cuatro a cinco veces más fina que la de un adulto y va madurando hasta los 8 años aproximadamente;  es una piel infantil que no tiene funcionando las glándulas sebáceas ni sudoríparas, no regula bien la temperatura, ni tiene activos los melanocitos por lo que es más vulnerable al sol, y su capa córnea no está totalmente formada por lo que es una piel mucho más permeable y frágil. Estas características la hacen muy especial, y desde luego delicada. Es la piel que tocamos al cuidar a nuestros hijos.

La piel es además un emuntorio, un órgano que ayuda al resto de los órganos limpiadores  cuando no son suficientes las tareas de limpieza y que entonces hace horas extra: un exceso de tóxicos (sustancias perjudiciales que entran del exterior) o de toxinas (sustancias de desecho de las propias células) obligan a la piel a ponerse en marcha, generando muchas de sus alteraciones.

La piel nace inmadura y es el sentido del tacto el primero en funcionar después del nacimiento (en el útero solo funciona el oído). Se conoce la extrema necesidad de ser tocados de los recién nacidos: a raíz de un estudio en orfanatos se sabe al día de hoy que los bebés solo sobreviven si se les toca, y se mueren si esto no ocurre a pesar de darles alimento y calor. Igualmente se sabe que los bebés en incubadora salen antes de ella, y más fuertes, si se les acuna, masajea y acaricia con regularidad. 

No debemos olvidarnos del Tacto, el sentido más sutil, y es útil revisar lo que nos pasa cuando tocamos y somos tocados: nos habla de barreras, contacto, ternura, caricias, separación, fusión, defensa, protección, límites, sensibilidad… los sentimientos a flor de piel.

 La piel es  el mayor órgano de nuestro cuerpo y sin él no podríamos vivir. Es un órgano frontera que funciona poniendo en contacto el mundo exterior con el mundo interior, y viceversa. Nos ayuda a tener conciencia de la propia Identidad y nos da la idea de Unidad de la persona, además de generar la primera barrera inmunológica de defensa.

Y todo esto es bueno tenerlo en cuenta cuando nos encontramos con un niño con dermatitis, piel atópica o simplemente piel sensible. Valorar si su cuerpo reacciona a algo exterior con lo que está en contacto físicamente y que lo irrita: sustancias químicas del entorno, de la ropa, de cosméticos, de alimentos, o bien vibraciones a las que son más sensibles: sonidos, luces,  electromagnetismo, etc…, 
o a algo exterior que lo toca emocionalmente: su relación en la escuela, con los padres, con los sentimientos de su madre, con sus hermanos, la familia,… y que está directamente unido a cómo se siente consigo mismo, su mundo interior y cómo se construye su propia identidad en relación a los otros.

La piel es el espacio donde un niño que no tiene consciencia de lo que le pasa expresa su malestar. Por lo general podemos entender que un bebé o niño con dermatitis expresa un problema con los límites, se defiende de algo. No es de extrañar que en un mundo como éste, donde la contaminación es terrible, y donde tocarse, el contacto físico, aún solo se estimula en contadas ocasiones, haya cada vez más niños con la piel enferma: sumamos problemas y ellos los acusan.

Igualmente hay que recordar que muchos niños atópicos son hijos de padres con alguna alteración cutánea en su infancia, o alérgica. Si esto ocurre hay que tener en cuenta esa herencia, porque de adultos se nos olvida lo que vivimos de niños. E igualmente comprender que muchos niños a pesar de su corta edad puede que lleven toda su vida con este problema, no se conocen a sí mismos sin él, y hay que “desprogramar “esa memoria de su cuerpo.

Para curar estas lesiones aconsejamos un enfoque doble, el externo y el interno:

Por fuera evitar todo cosmético químico, pues la piel infantil es muy, muy, permeable. En Agua de Flores ponemos a vuestra disposición productos de higiene y cuidado con sello BIO, garantizando la ausencia de compuestos químicos perjudiciales para su piel, además de que existen distintos productos específicos para este problema que pueden ayudar mucho. Su piel necesita estar hidratada adecuada y constantemente pues sus características como hemos dicho son diferentes a la piel de los adultos, y una de ellas es que se deshidratan con mucha más facilidad.  Y procurar vestirles con ropa de algodón eco o bien de otros sellos que evitan tintes y elementos sintéticos contaminantes pues están en contacto con la piel del cuerpo todo el día y la noche.

Como remedio calmante de una crisis cutánea aconsejamos probar un baño de avena: cocer dos buenos puñados de copos de avena en 1 litro de agua durante 10 min. y después de colar añadir a un baño de agua tibia. Dar un baño durante unos 10-15 min. atendiendo a que el agua no enfríe (si es necesario ir añadiendo agua caliente poco a poco). Secar con suaves toques con toallas de algodón bio que no hayan sido lavadas con detergentes ni suavizantes (existen productos de higiene ecológicos especialmente indicados para lavar la ropa y evitar los residuos químicos)  y después darle un masaje con Aceite de Caléndula al que se le añade unas gotas de Sinergias de Aceites Esenciales para la dermatitis (Tratamiento Terreno ECZ de S.P.A). Lo mejor es dar este tratamiento antes de cenar y al terminarlo el efecto calmante del picor ayudará al pequeñ@ a entrar en un confort maravilloso para cenar tranquilamente y después acostarse hacia un sueño reparador.

Por dentro proponemos una consulta para conocer cada caso y cuidarlo con FitoAromaterapia, Homeopatía, Acupuntura sin Agujas (especialmente indicada para los niños)  y Complementos Micronutricionales que regulan las funciones alteradas sin ningún efecto secundario, pero, sobre todo, escuchar y observar qué es lo que altera al peque,… y quién busca, encuentra.

Una de las valoraciones más comunes es atender a la fragilidad intestinal, pues está en muchos de los casos asociada a la fragilidad cutánea. Hay una relación entre la maduración de la mucosa intestinal y la maduración cutánea, de modo que la alimentación infantil es uno de los aspectos a estudiar, así como el modo de relacionarse con la comida.

Finalmente aconsejamos a todos los padres con niños atópicos que conozcan el concepto de Masaje infantil, es un medio de contacto muy útil que cada día está más reconocido y que mejora el vínculo materno/paterno-filial, facilitando la curación de este problema.

Sheila Minguito, naturópata en Agua de Flores, Espacio de Bienestar.